El bootcamp del Tec lo lleva a un nuevo carril profesional
La vida profesional de Carlos Martínez García tiene un antes y un después de su paso por el Coding Bootcamp del Tec de Monterrey.
Este empresario y estudiante de administración de empresas, de 28 años, pasó de estar al frente de su propia compañía a sentarse ante una computadora para cultivar su nueva pasión: la programación y el desarrollo web.
“Siempre me ha gustado la programación y ya estoy muy viejo para aventarme la carrera. Me dije: ¿Qué otra opción tengo? Y fue cuando un amigo me dijo del bootcamp”, señala Martínez García.
Egresado de la primera generación del bootcamp de programación del Tec de Monterrey apenas da crédito al giro que tomó su carrera.
En octubre pasado, él junto a su equipo estaban presentando sus trabajos finales de programación y desarrollo. Meses después llega a esta entrevista en el Campus Monterrey del Tec estrenando trabajo como desarrollador web junior.
Ese empleo, señala, lo consiguió apenas dos semanas después de graduado del bootcamp.
“Antes tenía mi negocio propio. Tenía una planta de reciclaje de plástico y de cobre, pero al cuarto mes del bootcamp empecé a dejar de ponerle atención a mi fábrica, porque ya andaba haciendo proyectos (…) Ya estoy en otro carril completamente”, reconoce Martínez García.
Los bootcamps han irrumpido como una modalidad de credencialización alternativa — más común son los que están enfocados a la tecnología— con cursos cortos y un diseño que favorece encontrar un empleo rápido y mejor remunerado. En Estados Unidos, estudios recientes han mostrado que 80 por ciento de los empleadores eligen contratar a egresados de los bootcamps.
Después de la experiencia intensiva de trabajar durante seis meses en el bootcamp, Martínez García reconoce que aprendió habilidades para poder trabajar en la programación con lenguajes y sistemas que sirven tanto para generar y manejar bases de datos, como para el desarrollo web.
Previo a su experiencia, el ahora desarrollador reconoce que sus conocimientos de programación eran muy básicos y los había adquirido de manera autodidacta, sabía un poco de html, css y javascript.
“Las tecnologías que nos enseñan en el bootcamp son tecnologías nuevas, muy usadas, y hay gente que está buscando específicamente que sepan de tal lenguaje, como React”, asegura.
Una de las enseñanzas que ha mantenido Martínez García después de graduarse ha sido el de impulsar la colaboración entre los estudiantes y los maestros.
“En la programación”, apunta Martínez García, “todo el mundo está dispuesto a ayudar. A lo mejor no dándote la respuesta que tú esperabas, pero guiándote por el camino correcto”.
Sostiene que la experiencia bootcamp impulsa a los alumnos a continuar aprendiendo cosas nuevas que favorezcan su crecimiento profesional.
“Soy una persona que tiene ganas de aprender”, dice Martínez García. “No pongo condiciones de no esto no, porque nunca lo voy a usar, para mí entre más sepa mejor. Si me dicen te vamos a enseñar Java, pues enséñame Java”, agrega.